Cada vez es más frecuente ver en nuestra
clínica mascotas "exóticas". Una de estas mascotas es el erizo
africano.
En
las tiendas podemos encontrar erizos con distintas capas: albinos, blancos,
chocolate o sal y pimienta. Tienen el cuerpo cubierto de espinas que no son venenosas ni están afiladas como en el caso del puerco-espín. Además, las púas sólo se desprenden
cuando son reemplazadas por las púas de adulto durante el primer año de
vida, por alguna enfermedad o en periodos largos de estrés.
Comportamiento:
Son animales crepusculares o nocturnos,
por lo que suelen pasar la mayor parte del día durmiendo. Aun así, con el paso
del tiempo, pueden aclimatarse a la actividad durante el día si jugamos
con ellos o les ofrecemos alguna chuche.
Son muy activos, curiosos y muy
buenos escaladores, por lo que hay que tener mucho cuidado para que no se
escapen de su casa. Si se caen se hacen bola para amortiguar el golpe, pero
este sistema solo es útil si caen desde poca altura o si la caída es
por niveles, ya que las púas le irían frenando. Si la caída es libre puede
sufrir heridas graves.
Si consigue escaparse buscará un lugar
cálido, oscuro y acogedor donde echarse a dormir. Puedes buscarlo
detrás de los muebles o electrodomésticos, entre la ropa o en algún agujero o
cañería. Ten en cuenta que son nocturnos, así que seguramente te costará menos
encontrarlo por la noche.
Son solitarios e independientes, no
viven en colonias y se reúnen sólo durante la época de apareamiento.
Los machos son muy territoriales y suelen pelearse entre ellos. Las hembras
suelen pelearse menos. A los erizos jóvenes les gusta dormir
en pequeños grupos aún después del destete. Aun así, lo más seguro es
mantenerlos separados aunque en un principio no muestren síntomas de
agresión y juntarlos ocasionalmente.
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