El veterinario Scott Hall, del hospital Animal Accident&Emergency, propuso como único tratamiento emborrachar a Charlie, ya que sólo el alcohol puro puede alterar los productos químicos que componen los anticongelantes para que el cuerpo pueda expulsar las sustancias tóxicas.
Así que fue tratada durante dos días con vodka a través de una sonda una decisión que le salvó la vida. Durante la terapia estuvo monitorizada en la UCI para mascotas del hospital. La buena noticia es que Charlie se ha recuperado y no muestra signos de insuficiencia renal.
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